lunes, 16 de noviembre de 2015

Tú decides


¿Puedes visualizar tu día? ¿Puedes imaginar cómo será tu semana? Según el Principio 90/10, del autor Stephen Covey, el 10% de la vida está relacionado con lo que nos pasa y el 90% restante, se relaciona con la manera en la que respondemos ante las cosas.
Por ejemplo: no es tu culpa que el autobús se descomponga en medio del camino, tampoco que llueva cuando acabas de salir del salón de belleza y vienes recién peinada, no puedes controlar el estado de ánimo de las personas, o cualquier otro infortunio que arruine el plan que tenías para el día. Tú no tienes control sobre eso. Pero existe ese maravilloso 90% restante, que te da el poder para mejorar las cosas, o bien hay que decirlo, también para empeorarlas. Es tu decisión y de nadie más.

Un ejemplo práctico del principio 90/10:
Estás desayunando con tu familia. Tu hija tira una taza de café y chispea tu camisa de trabajo. No tienes control sobre lo que acaba de pasar. Pero lo siguiente que va a ocurrir estará determinado por tu respuesta: Maldices... Regañas severamente a tu hija porque "te manchó" la camisa con el café. Ella rompe a llorar. Después de regañarle, te volteas a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca de ti. Y de ahí en adelante "se desata" una batalla verbal. Vociferas mientras vas a cambiarte la camisa. Cuando regresas encuentras a tu hija demasiado ocupada, llorando, terminándose el desayuno para ir a la escuela. Pero ya perdió su transporte. Te toca llevar a tu hija porque tu esposa debe irse inmediatamente para su trabajo. Debido a que ya estás atrasado, manejas a demasiada velocidad y casi chocas 3 veces por el camino, lo que te acelera la tensión. Después de 15 minutos de retraso y con el nivel de amargura elevado llegas a la escuela. Tu hija sale corriendo del carro sin decirte adiós.                                                                           
Después llegas a tu trabajo 30 minutos tarde, y te das cuenta que se te olvidó la cartera... Tu día empezó terrible. Y parece que se pondrá cada vez peor. Ansías llegar a tu casa. Pero cuando llegas a tu casa, encuentras un pequeño distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija. ¿Por qué?... ¿Por qué tuviste un mal día?...                                                                                                                 Todo comenzó con tu reacción en la mañana. No tenías control sobre lo que pasó con el café. La forma en cómo reaccionaste esos 5 segundos fue lo que causó tu mal día. 
 Mira lo que pudo suceder: 
 El café te chispea. Tú hija está a punto de llorar. Tú gentilmente le dices: "está bien, cariño, sólo necesitas tener más cuidado la próxima vez".
Después de agarrar una camisa nueva y tu maletín, regresas y miras a través de la ventana a tu hija tomando el autobús. Ella voltea y te dice adiós con la mano.
¿Notas la diferencia?... Dos escenarios diferentes. Ambos empezaron igual. Ambos terminaron diferente. ¿Por qué?... Realmente no tienes control sobre el 10% de lo que sucede. El otro 90% lo determinó tu reacción. (Stephen Covey)

Una respuesta correcta ante las cosas, puede evitarte muchos malestares tanto físicos como a nivel social. Puede evitarte quedarte sin empleo, perder el cariño de alguien, o simplemente y lo más valioso, perder tu paz. 

martes, 6 de octubre de 2015

Ojalá estuviera equivocada...



Aunque cueste creerlo, una gran parte de la humanidad de hoy, ya no lucha, ya no cree, ya no ama intensamente. 
Se disuelven en mentiras, en maldades, en soberbias. 
Sobreviven con el frío desolador de la indiferencia. 
Cambian lo real por lo banal; buscando incansablemente aparentar, en lugar de aceptar su vida tal y como es.
Se engañan a sí mismos. Se traicionan cada día y cada día traicionan los valores que un día fueron importantes. 
El cuerpo perfecto se convirtió en una meta. La belleza extrema es el afán de cada día. 
Caminan sin rumbo y sin sentido, buscando algo que consuele la frustración de verse encadenados a sus malas decisiones, las cuales muchas veces pasan facturas con precios de dolor. 
Sonríen falsamente, porque es más fácil, que describirle a los demás el infierno que llevan dentro.
Son esclavos de máquinas que poco a poco consumieron relaciones y momentos que algún día valieron oro…
Y por un poco de dinero, son capaces de hacer a un lado sentimientos. 

Pareciera una mentira. Ojalá estuviera equivocada y esto que hoy escribo fuera solamente un vano pensamiento. Sin embargo el sol no se oculta detrás de un dedo. El tiempo de creer en nubes de algodón pasó. La realidad se transmite cada día en nuestros ojos, y a cada minuto en alguna parte, alguien a su manera está viviendo su propio fin del mundo.


martes, 1 de septiembre de 2015

No te pierdas...

No te pierdas en la superficialidad del mundo. En los estereotipos de la gente, en el deleite de lo efímero. En la mentira de lo vano.                                                               
La belleza de la gente se nota en su mirada, en la forma en que se expresa, pero sobretodo en su manera de actuar.                                                                                      
No te vayas por lo primero que veas; busca adentro, en donde se alojan las cosas que más valen en la vida. Aquellas que no se pueden comprar con dinero. Aquellas que hacen de las cosas simples, algo extraordinario. 

No te pierdas en lo absurdo, en lo que no lleva a ninguna parte. 
No te aferres al pasado, a lo que por alguna razón ya quedó atrás. Si algo pasó por tu vida y hoy no está, significa que su tiempo y propósito ya fue, aunque no lo entiendas aún. Poco a poco cada pieza encaja en su lugar.

No te pierdas en tristezas necias, en momentos que hace tiempo se debieron superar. Cada etapa de la vida es un aprendizaje, no te quedes estacionado en la vida, porque todo en ella debe continuar.

No te pierdas de la vida, intentando sobrevivir sin disfrutarlo. 
No renuncies al presente, buscando un futuro que quién sabe si llegará. Mejor haz de cada instante una aventura, de cada abrir y cerrar de ojos una ilusión. Mira con esperanza tu vida, y no te pierdas en preguntas que solo el tiempo, en su debido momento contestará. 



lunes, 3 de agosto de 2015

La música la pongo yo...


Un día mientras mentalmente me movía entre la letra de alguna canción de Ramazzotti, alguien se acercó y bruscamente apagó la radio, simplemente porque como bien lo dijo: ¡le dio la gana! 

No puedo negar que las ganas de llorar de la rabia eran suficientes como para inundar la sala de la casa. A parte de que era una falta de respeto, me parecía injusto que por la amargura de su corazón, alguien quisiera hacerme pagar su mal genio. 

Pero, luego me puse a pensar en que así es la vida; en cada esquina, cada día, a cada hora, sea de día o de noche, siempre habrá alguien que quiera apagar lo que nos hace vibrar; lo que nos apasiona, lo que nos motiva, o simplemente lo que nos hace feliz. 

Tenía la voz para gritar, para vociferar mil cosas a la vez, para hacer saber que estaba molesta y que quería de nuevo la música en mis oídos. Pero en lugar de perder el tiempo en dar atención a lo que no lo merecía, use la voz la para cantar. Para demostrarme a mi misma que solo yo puedo apagar la luz que hay en mi. Que yo soy la que permito hasta que punto los demás tienen derecho a gobernarme. Que yo escojo amargarme o darle vuelta a a página y sonreír. 

Entonces canté, canté a más no poder y me sentí libre, me sentí tranquila. Escogí tener paz, escogí no depender de un aparato o de una persona para vivir un buen momento. Me di cuenta de que mientras me tenga a mi misma, estaré bien. 

Comprendí que cada quien elige lo que quiere en su vida, y cómo vivir cada momento pese a las circunstancias. No se pueden evitar ciertas cosas, pero si puedo evitar que estas me afecten más de lo que deben. 

Hoy sé que me pueden pagar la música externa, que en mi mente y mientras tenga vida, estaré cantando una canción.

Bien lo dice una canción de Juan Gabriel:

 "No hay como la libertad de ser, de estar, de ir de amar, se hacer, de hablar, de andar así sin penas..."

miércoles, 29 de julio de 2015

En la compañía de tu soledad...



A veces sucede que nos quedamos a la orilla de algún momento específico en la vida. Volteas a ver a cada lado y te das cuenta de que no queda más que tu sombra y tu respiración. Amigos se fueron, amores partieron, seres queridos por alguna razón no están junto a ti, y miras el mundo como si fuese el peor lugar para permanecer de pie.

Pero no es el fin del mundo (Aunque así lo sientas), todo es parte de un cambio, de un proceso que quiere sacar algo nuevo de ti.  Como en otras ocasiones lo he dicho en diferentes publicaciones, en la vida hay que saber darle espacio a cada momento, pero también es necesario saber cuánto tiempo merece cada uno. Entonces, si caíste en la estación de la soledad, sea por el motivo que sea y si te duele, pues dale tiempo a ese dolor. Es imposible hacer de cuenta que nada pasa. Peeerooo por favor y por amor a ti, no le des mucho tiempo. Mejor empieza a analizar el para qué estas viviendo este momento y qué bueno va a resultar al final de todo. Recuerda que nada es duradero, cada cosa que nos pasa tiene un tiempo límite, luego viene algo más a ocupar su lugar. ¿Por qué no te pones a pensar que quizá ya era necesario tener un respiro solo para ti? Donde lo más importante seas tú y tu bienestar. Piénsalo, quizá la vida te esté dando solo un espacio para que no mueras por lo demás y aprendas a vivir por ti. Muchas veces la mejor compañía que podemos tener es estar a solas con nosotros mismos. Poder escuchar un poco de todo aquello que normalmente nos es fácil aconsejar pero no seguir.

Reflexiona si realmente te has dado valor como ser humano, si realmente te has preocupado por ti. Encuéntrate contigo mismo. Toma un segundo para estar solo, para aclarar la mente y saber que quieres. Poco a poco comenzarás a ver las cosas diferente, te darás cuenta que lo peor ya pasó y que sigues vivo. Sentirás que la soledad no es tan mala como te habían contado, e incluso puede que termines considerando pasar más tiempo en la compañía de tu soledad.

martes, 21 de julio de 2015

Vale la pena llorar




Si tienes que llorar, llora. Vamos desahógate, saca de ti todo lo que te esté agotando. Porque no hay nada más triste que tener ese nudo en la garganta y tener que tragarlo en el silencio. No importa lo que digan, de todos modos aunque sonrías falsamente la gente hablará. No dejes que la tristeza se quede a hacer vida en ti. Dale tiempo, porque te guste o no, la tristeza es parte de la vida, pero no le des más tiempo del que se merece, porque te aseguro que ella no querrá dejarte. Vamos, despídete de lo malo, y prepárate para sonreír; porque detrás de cada lágrima vienen más sonrisas de las que pudiste imaginar. Después de haber vencido la tristeza, la alegría sin lugar a dudas estará lista para premiarte. 
Vale la pena llorar, cuando de sanar el alma se trata.



viernes, 17 de julio de 2015

¿Y si tan solo nos amamos?




¿Qué tal si solo cierras los ojos y te dejas llevar por lo que tienes dentro? Te propongo algo: escapémonos como dos inocentes que solo quieren tener paz. Como dos locos a los que tanta pasividad les molesta. Como dos únicos a los que todo lo demás les da igual. Fuera de este mundo de hipocresía, lejos de la envidia de los que no han encontrado alguien con quien compartir las tardes. A los que el café se les enfría buscando la felicidad.                                                                                                                                  
Vamos, alejémonos. Donde solo estemos tú y yo, y donde nos podamos besar el alma. Donde la oscuridad no de miedo y el silencio parezca cantar. Donde podamos vivir sin temores ni apariencias y donde no existan los secretos. Donde estemos más cerca sin dejar de ser nosotros mismos. Donde la sociedad no nos esclavice, ni etiqueten a su antojo nuestros sentimientos. 

Lo sé, puede parecer descabellado, puede que sea difícil pero no imposible. Tan solo imagínalo por un momento. No me dirás que no es maravilloso el solo hecho de pensarlo. Anda, dime que sí y prometo que no sabrás lo que es arrepentirse. Prometo ser quien he sido hasta ahora, no tengo porque cambiar. Y si lo hago será únicamente para mejorar. Para que cada día a mi lado sea el mejor de tu vida. Para que una mañana gris no tenga por qué deprimirte, para que los problemas pesen menos y para que cada noche sea una nueva aventura. Hagámoslo, dejemos atrás todo lo que fue, marquemos un nuevo camino que otros quieran seguir. 

Nacimos para amarnos, para bebernos la vida en besos, para cobijarnos en cada abrazo. Mi piel será por siempre tu refugio, y tu sonrisa calmará mis tormentas. Recuérdalo te lo he dicho antes, somos como el blanco y el negro; no a todos les gusta la combinación, pero creo sin lugar a dudas que hemos para nacido para estar juntos.

lunes, 13 de julio de 2015

Un ladrón llamado miedo (1)



Me encontré esta imagen y quise compartirla. Porque sé que muchos hoy se sienten así. A muchos los gobierna el miedo al fracaso, a la desolación, al engaño y la traición. Pero no puedes detener tu vida por malas experiencias; contrario a eso debes aprender de ellas y encontrar valor para continuar el viaje. Para descubrir en el camino, que aún hay mucho porque vivir.  Si algo puedo decir del miedo, es que es un verdadero ladrón de sueños, de momentos únicos, de sonrisas... Si dejas tu vida a su alcance, puede llegarla a destruir. 

lunes, 6 de julio de 2015

De eso se trata el amor




Para algunos el amor es un dolor de cabeza, para otros es incluso peor que una peste. Y la gran mayoría de veces esos pensamientos negativos, son producto de una desilusión. Pero lo cierto es que amar es algo tan único y tan misterioso que jamás puedes estar seguro del resultado. Es como jugar a la lotería, como tirarte al vació sin la certeza de salir vivo. Sin embargo también es maravilloso y es un riesgo que vale la pena correr ¿Porque? Bueno simple, porque te hace sentir lo inimaginable, te hace descubrir cosas de ti que no conocías, te hace ver el limite de tus sentimientos, te hace doblegarte cuando pensabas que eras como una roca. Te hace soñar cuando en tu vida todo era nulo... 

Entonces no te cierres al amor, no todo es malo, simplemente muchas de las cosas negativas que le encontramos radican en malas decisiones. No esperes enamorarte y salir ileso. Eso es imposible, porque el amor desata batallas que valen la pena pelear y muchas veces son contra nosotros mismos y duelen. Porque muchas veces los miedos y el orgullo, quieren quitarnos la felicidad.

Recuerda, de eso se trata el amor; de montañas rusas en cada esquina, de esas locuras que luego tienes ganas de repetir. De esos dolores en el estomago que vienen luego de una discusión; de los momentos que ruegas que nunca se acaben, de esos besos llenos de rabia, y de esas ganas de siempre ser ese alguien especial. 

Sí, el amor no es perfecto, pero son esos contrastes los que lo hacen ser único
¿O acaso tienes algo mejor que se compare al amor? 

domingo, 28 de junio de 2015

El mejor motivo...



Vive intensamente. 
Ríe, llora si es necesario. 
Ama, perdona, canta, baila, quédate quieto cuando sea necesario. 
Valora la vida como lo que es, tu mayor tesoro, tu mejor regalo. 

Nada se compara con poder abrir los ojos y ver un nuevo día. Sea cual sea el panorama que se presente, piensa que detrás de las nubes está el sol, que la oscuridad se pierde cuando enciendes la luz. 

Se positivo, nada ganas con quejarte de las cosas, eso no soluciona nada. Si debes enfrentar un mal momento, hazlo con la mentalidad de que todo es momentáneo. De que después de la batalla, serás más fuerte y cada vez podrás enfrentar las cosas con más temple. 


No busques motivos, porque el estar vivo es la mejor razón para continuar el camino. Aún hay mucho que te espera, todavía debes descubrir más.
Puedes cansarte, pero por favor, no abandones.

jueves, 25 de junio de 2015

La felicidad






Tal vez nunca he hecho ninguna de las locuras que he tenido en mente, sin embargo eso no me ha impedido ser feliz. Lo que significa que la felicidad no consiste en hacer todo lo que se quiere, sino en disfrutar lo que se tiene.

Alguien alguna vez me preguntó: -¿Cuál es el secreto para tanta felicidad?- No tuve mucho que pensar, simplemente respondí que es tomar la decisión de serlo; de vivir al máximo cada momento de la vida sin discriminar ninguno, porque incluso de las caídas más dolorosas se aprende. Es dar todo de mí, sin esperar nada a cambio. Es mi actitud ante las cosas, es una sonrisa aún entre las lágrimas, es seguir pese al cansancio. Es agradecer a Dios por cada detalle de mi existencia, porque todo nos forma y nos hace ser mejor. Es saber que si debo tener algo, lo tendré; si debo estar con alguien estaré y si debo vivir un momento soñado entonces lo viviré. Si no es así, por algún motivo será, de algo me estaré librando o algo mejor vendrá. Es aceptar que forzar las cosas no soluciona nada. Es permitir que el destino sea y que la vida me muestre el camino. 

La plena felicidad radica en encontrarse y saber vivir en paz con uno mismo.

Parece irónico, pero muchas veces la decisión más difícil que tenemos es el ser felices. 
Nunca confundas la comodidad con la felicidad, porque la comodidad la consigues en cualquier parte, la felicidad la encuentras solo yendo a tu interior. Pero eso es algo que se aprende con el tiempo; la sabiduría no es algo que se obtiene sólo porque sí…

domingo, 21 de junio de 2015

La vida es una melodía




Quédate un momento en calma. Deja que la paz te envuelva. Respira, toma aire. 

Has pasado pensando en tantas cosas que has olvidado el sentido de la vida. Fuiste creado para disfrutar, no solo para preocuparte. 

Escucha el sonido del ambiente, estés donde estés y sea cual sea. Si lo piensas un momento, te darás cuenta que todo es una melodía. Baila con el son de la música que suene. Ya, ahora mismo. No esperes la música ideal porque quizá nunca la toquen. La vida es ahora, el futuro es incierto... 

Deja que las preocupaciones se vayan por un momento. Regálate un suspiro, un momento solo para ti. 

jueves, 18 de junio de 2015

Que nunca te falte...








Que nunca falte un abrazo cálido y una esperanza en el corazón. 
Que nunca sea poco lo que das.                                                                  
Que cada segundo de tu vida sea mejor que el anterior, aun cuando las ventanas de la vida nos muestren un panorama gris. Recuerda que después de la oscuridad, viene la luz. 

Que nunca falle tu amor propio.
Que nunca falte la confianza de que lo que quieres, lo puedes lograr.
Que nunca falte la alegría de un nuevo día y la emoción de una nueva oportunidad.

Que nunca falte la fe, la paz y el cariño.
Que nunca falte una sonrisa, aún en tiempos de lluvia.

miércoles, 17 de junio de 2015

El cambio que espero, empieza en mi.





En un mundo donde se aprecian cada vez más las carencias del amor verdadero, los buenos son los tontos y los malos los astutos.
¿Dónde quedaron aquellos sueños de un mundo mejor?  ¿En medio de los videojuegos violentos o de los chismes que nos transmiten las redes sociales?  ¿Porque ahora cuesta más hacer el bien?
Dar un simple saludo de cortesía, pareciera que en medio del día a día es una prueba difícil de realizar. Ahora cuesta más encontrar personas con valores, que un buen lugar donde estacionar. Y seguimos indiferentes, porque hemos preferido amoldarnos, que hacer la diferencia.  No podemos ser del montón que cree que no puede ser posible un cambio. El cambio empieza en la mentalidad de cada quien. Pero en vez de eso, hemos dejado que gobierne el egoísmo o la mediocridad de conformarnos con lo que hemos llegado a ser.   
He encontrado diversos criterios al respecto, entre ellos el hecho de que bíblicamente estas cosas deben suceder: Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará (Mateo 24:12). Ahora me pregunto: ¿eso significa que debemos cruzaros de brazos y ver pasar todo sin ni siquiera tener el valor de parpadear? ¿Somos espectadores con tarros de palomitas de maíz, nada más; o podemos despertar y luchar hasta el final?  
Quizá una intención y una sola acción no cambie el mundo entero, pero al menos puede ser capaz de transformar la forma de ver el mundo que cada uno de nosotros llevamos dentro.