Si tienes que
llorar, llora. Vamos desahógate, saca de ti todo lo que te esté agotando.
Porque no hay nada más triste que tener ese nudo en la garganta y tener que
tragarlo en el silencio. No importa lo que digan, de todos modos aunque sonrías
falsamente la gente hablará. No dejes que la tristeza se quede a hacer vida en
ti. Dale tiempo, porque te guste o no, la tristeza es parte de la vida, pero no
le des más tiempo del que se merece, porque te aseguro que ella no querrá
dejarte. Vamos, despídete de lo malo, y prepárate para sonreír; porque detrás
de cada lágrima vienen más sonrisas de las que pudiste imaginar. Después de
haber vencido la tristeza, la alegría sin lugar a dudas estará lista para
premiarte.
Vale la pena llorar, cuando de sanar el alma se trata.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario