jueves, 28 de julio de 2016

Aún hay mucho por delante





A veces cuando creemos que no damos para más, la vida nos enseña mágicamente, que aún hay mucho por delante. Que un tropiezo no es el final. Que las lágrimas no son en vano, y que siempre, después de haber pasado lo peor, es cuando logramos caminar con más fuerza.

El cansancio es algo que no podemos evitar. Sentirnos agobiados, golpeados por las cosas que han pasado. Pero darse por vencido es una decisión.

Usa cada cosa que te haya pasado para ser mejor. Aprende de cada fracaso, úsalo de escalón para subir. Para tocar el éxito de un sueño o simplemente, para al final del camino, darte cuenta que hasta lo mínimo valió la pena.


         "Cuando oigo a alguien suspirar “La vida es dura”, siempre                  estoy tentado de preguntar: ¿comparada con qué?"
              - Sydney Harris

domingo, 24 de julio de 2016

Del adiós también se aprende.


Hay varios tipos de adiós. Aquellos que son necesarios y aquellos que no esperamos. Los que nos salvan de abismos y los que nos envían directo a ellos.
Decir adiós es una de las cosas más difíciles que experimenta el ser humano, porque ya sea para bien o mal, significa dejar ir momentos, sentimientos, ilusiones. Sobre todo si debes decirle adiós a alguien que amas.

La gente normalmente dice "borrón y cuenta nueva.  Pasa la página y empieza de cero" Admiro mucho a quienes lo logran así de fácil, yo por ejemplo, no puedo hacerlo así nomas. Y es que ¿a quién le gustan las despedidas? A mi en lo personal no. Soy de esas personas que se aferran tanto a los demás, que desprenderse es más difícil que respirar bajo el agua. Lo cual no es bueno, porque cuando debo decir adiós, termino destrozandome no solo la cabeza, sino el alma.

Y sin embargo hay que reconocer que, hay despedidas que después de dejarnos en mil pedazos, terminan convirtiéndose en eso que necesitábamos para levantarnos más fuertes. Porque su ausencia, nos dio espacio para reencontrarnos con nosotros mismos, para aprender de errores y horrores pasados, y nos hizo ver cosas que antes, ni siquiera sabíamos que existían. Por lo tanto, decir adiós, hasta cierto punto, también es una necesidad, que todos en algún momento de la vida experimentamos.

La clave, es no aferrarse a nada. Vivir cada instante como si fuera el último, y reconocer que nada nos pertenece, que el tren tiene muchas estaciones y que la vida por sí sola, nos muestra el camino por donde seguir.

Así que la próxima vez que debas decirle adiós a alguien, piensa que quizá en el fondo te esta haciendo un favor. ¡Agradécele!

“Si puedes permanecer siempre en el presente serás un hombre feliz”
  -Paulo Coelho