viernes, 12 de febrero de 2016

En la distancia y el tiempo


Han llegado a mis oídos de que aún hablas de mi en las fiestas de los sábados por la tarde. Que sueles decir que fui un caso perdido y que ya lo superaste. Pero yo sigo creyendo que todavía vivo en alguna parte de tu ser. Olvidar no es lo más sencillo de la vida, a menos que lo que hayas vivido no te haya marcado ni en lo más mínimo. Así que cariño. Admite que sigo siendo parte de tus recuerdos. Posiblemente cuando mires tras la ventana tu inconsciente te traiga a memoria mi figura caminando por la acera, directo hasta tu puerta. Y no te sientas mal, eso no es algo que te suceda solo a ti. Debo admitir que aún te sueño. Que cuando camino por la calle y alguien más lleva el olor de tu colonia, volteo como loca para ver si eres tu. Aún recuerdo el día en que nos conocimos, nuestra primer pelea y el montón de ruegos que hice a Dios para que nunca te fueras. Pero ya vez, así es el destino. No siempre se tiene lo que se quiere, A veces hay que irse lejos para entender las cosas. Hoy se que fuiste lo más hermoso de la vida. Tus imperfecciones perfeccionaban mi existir. Y sin embargo no fuimos suficientes el uno para el otro. No te inquietes, no te digo esto con el afán de que me busques, ni yo misma se a donde estoy. Solo quiero que sepas que en la distancia y en el tiempo, si cierras los ojos me podrás ver... 



Fragmento de algún libro, que un día me atreveré a escribir... Katherine Calderón.

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