Cuando antes de escuchar las voces de afuera, te preocupas en escucharte
a ti mismo.
Cando ya no te desvela el qué dirán.
Cuando eres capaz de luchar por tus sueños aunque nadie vaya a tu
lado.
Sabes cuánto vales, cuando al estar solo reflexionas cuán importante es
hacer feliz a la persona frente al espejo.
Cuando entiendes que por más que trates nadie te entenderá más que tú.
Cuando te toca secar tus lágrimas solo y aun así puedes estar
bien.
Cuando sientes ese orgullo que te llena el pecho al saber que hiciste
algo que querías.
Sabes cuánto vales, cuando decides creer en ti como persona. Cuando
reconoces tu fuerza interna, cuando miras atrás y puedes ver todo el camino por
el que has pasado y sigues en pie.
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